miércoles, 28 de septiembre de 2011

Los días que Bird humillaba a sus rivales

 Dicen que el 'trash talk' es el arte de sacar de sus casillas a un rival a base de comentarios constantes y el desequilibrio emocional del contrario.
 También dicen que Mohammed Alí utilizaba este método como nadie y que en el mundo de la NBA hay auténticos especialistas en este arte.

 Kevin Garnett es considerado el principal referente del 'trash talk' en la actualidad y, si miramos más atrás, podemos encontrar que gente como Brad Miller, Gary Payton o Charles Barkley también eran unos buenos 'bocazas'.
 Famoso es el día que, uno de los mayores 'trash talkers' de los últimos tiempos, Reggie Miller, consiguió desquiciar tanto a John Starks en los play-offs de 1993, que éste acabó expulsado.

 Pero lo que, hoy día, mucha gente no sabe o no recuerda, es que uno de los mejores jugadores de todos los tiempos y que más nos hizo disfrutar en los 80, también está considerado por muchos como el mayor seguidor de esta corriente. Larry Bird.
 Su competitividad ilimitada y una buena dosis de arrogancia eran los ingredientes perfectos para tales empresas.



 Una buena presa para este tipo de jugadores son los novatos. Y varios de ellos tuvieron que sufrir en sus carnes al 'pájaro'.
 Así, un jovencísimo Reggie Miller, que ya intentaba iniciarse en esto del 'lenguaje basura', durante un partido contra los Celtics, y cuando Bird se disponía a tirar tiros libres, el de Indiana intentó desconcentrarle dando un par de gritos. Larry se lo quedó mirando con cara de asombro preguntándole: “¿Bromeas, novato? ¿Bromeas, verdad?”. Sin dejar de hablarle y de mirarle lanzó y anotó el primer tiro. Y, siempre con la vista fija en él, añadió: “Novato, soy el mejor tirador de la Liga, ¿sabes? ¿Qué intentas decirme?”, al tiempo que anotaba el segundo tiro.


 En la temporada 1985-86, le tocó el turno a Xavier McDanield. En un partido entre Celtics y Sonics, con 5 segundos por jugarse y los de Boston perdiendo por 1 punto, Bird se acercó al rookie y le dijo "voy a coger el balón justo aquí, y voy a anotar en tu cara", a lo que McDanield respondió "lo se, te estaré esperando".
 Después de un tiempo muerto, Bird recibió de espaldas al aro, con el jugador de Seattle marcándolo y, tras una finta, se echó hacia atrás y anotó desde el lugar exacto desde donde predijo.


 El entrenador de Boston, K.C.Jones, comentó lo que pasó justo antes de esa acción: “Vi que Xavier McDaniel (gran defensor) defendía a Bird y dije durante el tiempo muerto: “Kevin, hazte con el balón, busca a Dennis y que él finalize”. A lo que Bird respondió: “¿Por qué no mejor me dais el balón a mí?”. Traté de convencerlo y él asintió con un “de acuerdo” y tras una pequeña pausa añadió: “Kevin, hazte con el balón, busca a Dennis y Dennis pásamela”.




 Pero Bird no solo iba a por los jugadores novatos. Cualquiera podía ser su víctima.
 En un día de navidad, los Celtics jugaban contra los Pacers. Antes del partido, el alero estrella de Indiana, Chuck Person, apodado 'rifleman', dijo que "el rifle está preparado para cazar pájaros", jugando con el apellido de Larry.
 Antes de empezar el partido, Bird se acercó a Person y le dijo que tenía un regalo de navidad para él. Así, cuando Person estaba en el banquillo, el Celtic lanzó un triple desde una posición justo a su lado, desde la esquina. Nada más soltar el balón y mientras éste aun estaba en el aire, se giró y le dijo, "Merry fucking Christmas!" (¡Feliz puta Navidad!). Por supuesto, el balón acabó entrando.


 Person siguió intentando desafiarlo en 'trash talking' hasta que en un partido, Bird se dirigió al banquillo de los Pacers y le dijo al entrenador: "Cambialé, por que si sigue en pista te juro que os destrozo".


 En otra ocasión, Mark Aguirre anotó un triple y le dijo a Bird: "¡Fijate bien, por si no lo has visto!". Entonces Bird anotó tres triples consecutivos y le contestó a Aguirre: "¡Tu mismo te has eliminado en el concurso que has montado!"


 Robert Raid era un alero de los Houston Rockets que durante un año dejó la liga para hacer misiones por sus creencias religiosas. Al volver, le tocó defender a Bird en un partido contra los Celtics. Tras meterle el punto número 50 le dijo: "te tenías que haber quedado rezando".


 Y es que ni siquiera las grandes estrellas se libraban. Y es que es famoso el partido, en 1984, en que se pasó todo el partido provocando a Julius Erving y jaleando cada canasta que metía en la cara del Dr. J y burlándose de su juego. Cuando Bird ya llevaba 42 puntos y Erving sólo 6, éste se cansó y se montó la inevitable tángana. Los dos acabaron expulsados.


 O los banquillos contrarios, como cuando se apostó 5 dólares con el masajista de los Knicks que metería un triple a tablero. Cuando en el tercer cuarto, desde 9 metros, lo consiguió, todos los jugadores del banquillo de los Celtics se levantaron con las manos abiertas dirigiéndose al banquillo de los Knicks.




 Cuando comenzaron a disputarse los concursos de triples en el All-Star, Bird encontró un nuevo lugar en el que lucirse, ganando sus tres primeras ediciones y dejándonos varias perlas más.
 Una de las imágenes más famosas que nos ha dejado en su carrera es la del dedo levantado en señal de victoria antes de que entre el balón que le daba la victoria.
 Pero ya en la primera edición del concurso, antes del inicio y dentro del vestuario, Bird miró al resto de participantes y les dijo: "Que sepais que voy a ganar este concurso. Solo estoy mirando quien puede acabar segundo".
 Además, en el calentamiento anterior al concurso, se acercó a Leon Wood, que llegaba con el mejor porcentaje y le dijo: “Te he estado observando. ¿Vas a tirar de manera diferente a como lo has hecho hasta ahora?”. Bird sabía exactamente lo que hacía. “Creo que no”, respondió Wood. “¿Por qué?”. Una pequeña pausa. “No lo sé”, replicó Bird. “A veces parece que lo haces de forma distinta. Pero no te preocupes”. Oír eso de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos dejó temblando al rookie Wood y Bird dominó el concurso.


 Todos los años que participó hizo cosas parecidas a sus oponentes. Incluso Danny Ainge, su compañero en Boston y que también participaba, les llegó a decir a los demás: "vosotros solo tenéis que aguantarle un día, pero es que yo tengo que aguantarle alardear toda la temporada, es un suplicio”.


 Y es que ni siquiera daba respiro a sus compañeros.
 Bill Walton cuenta que un día Kevin McHale estaba lesionado y el ocuparía su puesto en el quinteto. Se dirigió a Bird diciendo algo así como: “hoy que Kevin no juega yo me ocuparé de hacer sus tiros y anotar sus puntos”, a lo que Larry respondió: “Ni hablar, cogerás sus rebotes, yo me encargaré de los puntos”.


 Otro día, K. C. Jones, el técnico del Boston Celtics, dijo al comienzo del entrenamiento que todos podrían irse si alguien encestaba desde media cancha, Bird tomó el balón y lo lanzó sin vacilar. Fue una canasta que tocó apenas la red. Mientras sus compañeros de equipo se asombraban, Bird se encogió de hombros miro a K.C y dijo: "Los muchachos están cansados, nadie quiere entrenar".


 El único que ha podido contener la lengua de Bird, fue Earl Strom, árbitro autor también de mil y una anécdotas.
 En un partido, al poco de empezar, y considerando que la defensa era demasiado dura le soltó "¿cuándo cojones vas a pitar algo?". Strom contestó: "Ahora mismo, novato. ¡Técnica al nº 33!".


 Larry Bird, genio y figura.



domingo, 18 de septiembre de 2011

El día que el Real Madrid anotó en su propia canasta

 Los comienzos de la Copa de Europa de baloncesto estuvieron marcados por una aplastante superioridad de los países del este, especialmente los de la Unión Soviética.
 En sus tres primeras ediciones, el titulo se fue a las vitrinas del ASK Riga, dos de ellas contra los búlgaros del Akademik y otra contra el Dinamo Tbilisi. En la cuarta, el equipo letón perdió en la final contra el CSKA de Moscú.

 En la temporada 1961-62, la tónica de la competición amenazaba con ser la misma. Tan solo dos equipos occidentales intentaban meter la cabeza entre la élite. Eran el Real Madrid y el Ignis Varese italiano, y el destino quiso que se enfrentasen en cuartos de final de la competición.

 Por entonces, las eliminatorias se jugaban a doble partido, y el sorteo había decidido que el primer partido se jugase en Italia.
 Se ofreció al equipo italiano la posibilidad de jugar en el Palacio de Deportes de Milán, gran pabellón con capacidad para 6.000 espectadores. Pero el comendatore Borghi, dueño del equipo y de la factoría Ignis, declinó la invitación. Su idea era crear una caldera de la que el equipo madridista no pudiesen salir.
 El partido se jugó el 18 de Enero en la pequeña ciudad de Varese, en una pequeña pista de cemento de apenas 24x13 metros, con poca iluminación y donde el público, unas 2.000 personas, llegaban a pisar las líneas de la pista.
 Cantos de tifossi, mucho ruido y bengalas. Todo estaba ya preparado.




 El Real Madrid, entrenado por Pedro Ferrándiz, contaba con jugadores como Emiliano Rodríguez, Lolo Sáinz o su gran estrella, Wayne Hightower, quien prefirió al equipo blanco en lugar de los Harlem Globetrotters durante el año que tuvo que esperar para poder jugar en la NBA.

 A pesar del ambiente, el Madrid no se dejó impresionar y mandó en el marcador desde el comienzo del partido. Las diferencias siempre rondaron los 10 puntos, yéndose al descanso con un 36-44 a su favor.

 Pero en la segunda parte la cosa cambió y, si bien el equipo blanco no se dejaba influir por el ambiente infernal, otra cosa bien distinta era el árbitro francés, De Redevilher, quien comenzaba a perder aplomo ante la presión de la hinchada varesina, anulando hasta 6 canastas del Real Madrid en este segundo tiempo.


 El Ignis comenzó a recortar distancias y el Madrid fue perdiendo fuelle muy castigado por las faltas personales y, sobretodo, por la lesión de su mejor jugador, Hightower, a manos del italiano Gavagnini.
 A pesar de todo, a dos minutos para el final, el Real Madrid conseguía mantener la ventaja de 10 puntos (68-78), pero perdía por 5 faltas a Sevillano y Morrison y tenía con 4 a Emiliano, Lluis Cortés y Lolo Sáinz.


 A falta de 27 segundos los italianos se habían puesto a solo 5 puntos (75-80). Entonces el húngaro Toth lograba dos canastas y un tiro libre para igualar el partido a 2 segundos para el final.
 Entonces Pedro Ferrándiz pidió tiempo muerto.




 Los italianos estaban exultantes ya que estaban a punto de forzar una prorroga en un partido que tenían prácticamente perdido. Además, el Madrid estaba muy cargado de personales y, previsiblemente, no solo se llevarían el partido, si no que podrían sacar una renta suficiente para poder llevarse la eliminatoria en el partido de vuelta.


 Ante esto, Ferrandiz consideró las opciones. Según manifestó más tarde, la opción de jugar la prorroga no era viable por lo antes mencionado. Si le daban el balón al contrario como si se hubiesen equivocado, a lo mejor no podían o no querían meter canasta. Había que hallar un método infalible y el creía tenerlo.


 El Madrid sacó de fondo. Todo el equipo italiano bajó a defender dispuesto para la prórroga. Alocén recibió el balón... y anotó en su propia canasta.
 Así el equipo blanco iría al partido de vuelta en su casa teniendo que superar una renta mínima de 2 puntos.


 Uno de los árbitros dudó en señalar una técnica, pero finalmente no lo hizo ya que el público se volvió loco pensando que Alocén se había equivocado. Mientras, los jugadores madridistas salían corriendo hacia el vestuario.
 Cuando corrió la voz de lo que había pasado en realidad, el publico entró en cólera, volviéndose más irascible incluso que durante el partido.


 El Ignis reclamo ante la FIBA, pero de nada valió por más que la razón moral estuviese de su parte. El Real Madrid no había vulnerado ninguna norma del reglamento, así que el resultado se tuvo que dar por bueno.


 A partir de aquel partido, la FIBA modificaría el reglamento. Desde ese momento, “la autocanasta anotada en los últimos instantes de un partido que evite un empate como resultado final, comportará la inmediata descalificación del equipo al que pertenezca el jugador autor de la autocanasta”. Además, se multaría al equipo con 1.000 marcos de multa y la exclusión de participar en competiciones europeas.


 Antes de esta reunión, ya se había diputado el partido de vuelta. El Madrid ganaría cómodamente aquel partido por 83-62, remontando fácilmente la eliminatoria.


 El Real Madrid acabaría llegando a la final aquel año, convirtiéndose en el primer equipo de Europa Occidental en hacerlo.
 Perdería aquella final contra el Dinamo Tblisi por 90-83 en Ginebra.



miércoles, 14 de septiembre de 2011

El día de la pelea por ser máximo anotador

 Corría la temporada 1977-78. Hacía un año que la ABA se había disuelto y cuatro de sus equipos habían pasado a englosar la lista de equipos NBA.
 Para Indiana Pacers y New Jersey Nets no había sido una transición fácil. En cambio, tanto Denver Nuggets como San Antonio Spurs se habían adaptado a la perfección, acabando ambos la temporada como lideres de su división, con 48 y 52 victorias respectivamente.
 Pero este éxito no fue casualidad, ya que ambos equipos contaban con una de las superestrellas de la liga y futuros miembros del salón de la fama de la liga. Hablamos de David Thompson para los Nuggets y George Gervin para los Spurs.

 Tanto David como George eran dos anotadores increíbles, y, aquella temporada, mantuvieron uno de los duelos por ser máximo anotador más reñidos de la historia y que duró hasta el último día de competición.




 A falta de un solo día para acabar la temporada regular, los dos jugadores lideraban la tabla de máximos anotadores de la liga. Gervin estaba en lo más alto con 26.8 puntos por partido, mientras que Thompson lo seguía de cerca con 26.6.

 Aquella noche, Denver se enfrentaba a Detroit Pistons, y Thompson salió a pista con la clara intención de jugarse todos los balones que pudiese y superar así a "iceman" como máximo anotador.
 Y así lo hizo. La estrella de los Nuggets acabó el primer cuarto con 32 puntos, batiendo un récord de la NBA. Al descanso ya llevaba 53, y acabaría el encuentro con 73 puntos, solo superado en aquel momento por Chamberlain (100) y años despues por Kobe Bryant (81). Además, terminó con unos muy buenos porcentajes, con 28 de 38 en tiros de campo y 17 de 20 desde la linea.

 Con aquella increíble actuación, Thompson se colocaba como máximo anotador de la liga con 27.1 puntos por partido. Pero aun quedaba por jugarse el partido de Gervin.




 Al día siguiente, el último de la competición, San Antonio jugaba contra los New Orleans Jazz y Gervin necesitaba anotar al menos 58 puntos si quería llevarse la corona de máximo anotador de la competición.

 "Iceman" salió a jugar con tanta motivación para conseguirlo que rara vez renunció al tiro cada vez que recibía el balón de sus compañeros.
 Gervin acabó el primer cuarto con 20 puntos y, en el segundo, rompió el reciente récord de Thompson anotando 33, yéndose al descanso con 53 puntos. En la segunda mitad, consiguió rápidamente 6 puntos y se marchó al banquillo a sabiendas de que el título de máximo anotador estaba ya en su poder.
 Posteriormente volvió a pista para acabar con 63 puntos, jugando 33 minutos, 10 menos que Thompson. Tuvo un 23 de 49 en tiros y 17 de 20 en tiros libres.

 Gervin acabó la temporada con una media de 27.22 puntos por partido, superando a Thompson que, con su 27.15, convirtió su promedio en el más cercano al del primero en la historia de la NBA.

 Para George Gervin fue la primera de tres temporadas consecutivas siendo máximo anotador de la liga. Más tarde, en 1982 lo volvería a lograr. Sólo Wilt Chamberlein y Jordan han conseguido más títulos que los cuatro de Gervin.

 A Thompson le sirvió para firmar un contrato de 4 millones de dolares en 5 años, el más alto firmado hasta entonces. A partir de entonces, sus problemas con las drogas hicieron que su rendimiento fuera en descenso hasta que, en 1984, con solo 29 años, tuviese que abandonar la liga.






lunes, 12 de septiembre de 2011

El día de los 9 triples de Djordjevic, las 4 técnicas y el amago de retirada de Lituania

 Ahora que estamos en tiempo de Eurobasket, vamos a recordar el que, seguramente, sea el mejor partido que se ha podido ver en esta competición. Un partido con emoción, polémica y, sobretodo, mucha mucha calidad. Se jugó en el Eurobasket de Atenas '95, y fue la final jugada entre Yugoslavia y Lituania.

 Yugoslavia volvía a la competición después de unos años sin jugar debido al conflicto de los Balcanes, y se había plantado en la final sin perder ningún partido y tras eliminar a Francia en cuartos de final y a la anfitriona Grecia en semis.
 Tenía un autentico equipazo, con jugadores como Divac, que llevaba 6 años en los Lakers, Danilovic, que se iba a Miami ese año, Bodiroga, recién elegido en el Draft por Sacramento, Paspalj o Djordjevic.

 Por su parte Lituania llegaba con únicamente una derrota, la sufrida ante Yugoslavia en la primera fase por 70-61. Por el camino habían eliminado a Rusia y Croacia (la gran favorita).
 Lituania basaba todo su juego en cuatro jugadores, dos veteranos, Sabonis, que daba el salto a la NBA con 31 años, y Kurtinaitis con 35, y dos jóvenes, Karnisovas, que acababa de fichar por el Barcelona, y Marciulionis, triunfando en la NBA con los Warriors y MVP del torneo (votado antes de jugar la final).




 El partido empezó con un ritmo anotador muy alto y con Yugoslavia mandando ligeramente en el marcador. A los 4 minutos de partido vencían por 10-7. Pero un tapón de Sabonis a Divac y las protestas de éste, provocaron la primera técnica del partido para el jugador serbio.

 Lituania, con un triple de Karnisovas y otro de Marciulionis a tablero, se ponen por primera vez por delante con el 12-14.
 Poco despues, Dusan Ivkovic, seleccionador yugoslavo, pide tiempo muerto y en la reanudación, Djordjevic mete triple. El primero.

 El partido es de gran calidad y, con 8 minutos jugados, Sabonis nos deja una jugada increíble cuando, tras un balón bombeado de Marciulionis hacia el Zar, éste con un pase palmeado, sin mirar y por encima de su cabeza y de la de Divac, deja completamente solo a Einikis debajo del aro. El jugador falló la canasta, lo que no evito que todo el pabellón se pusiese en pie.
 Pero Djordjevic quiere demostrar que no es menos que el lituano y, en la siguiente jugada, da una gran asistencia a Danilovic para que machaque, anotando ademas un triple, el segundo de la noche, en el siguiente ataque, y poniendo a su equipo por delante (21-20).

 Las diferencias eran muy pequeñas. Yugoslavia conseguía dos triples de Danilovic y Djordjevic y Lituania respondía con un 2+1 de Sabonis.
 Entonces, a 6 minutos para el final de la primera parte, el partido entro en una fase espectacular.
 Sasha Djordjevic metía su cuarto triple y Marciulonis respondía con un 3+1. Djordjevic metía otro triple y Marciulonis hacia un gancho perfecto. Y para colmo, Danilovic acaba con un mate encima del mismo Sabonis.
 El partido seguía muy igualado. Si Karnisovas metía un triple con Bodiroga delante, Danilovic hacía lo propio con el mismo Karnisovas encima.
 Y así se llegaba al descanso, con un 48-49 en el marcador y unos altísimos porcentajes de tiro.

 Marciulonis y Karnisovas lideraban Lituania con 15 puntos cada uno y, entre Danilovic y Djordjevic llebavan  35 de los 48 puntos de Yugoslavia.




 Tras el descanso, Sabonis asumió el liderazgo y controló la zona forzando la 4ª personal de Divac y metiendo los primeros 6 puntos de su equipo, incluido un mate que tumbó en el suelo a Zeljko Rebraca.
 Las protestas del banquillo yugoslavo les acarrearon una falta técnica, la segunda del partido.

 Pero, tras 3 minutos de la segunda parte, la 5ª falta de Kurtinaitis y el sexto triple de Djordjevic cambian la situación.
 Yugoslavia consigue ponerse por delante. Sabonis, en una lucha por un rebote, reclama airadamente una falta al arbitro y es sancionado con una técnica. La tercera del partido. Dos nuevos triples de Djordjevic ponen el 75-68 para los balcánicos.

 Lituania, lejos de venirse abajo, con Sabonis descansando en el banquillo y con una zona que atasca el ataque yugoslavo, consigue un parcial de 0-8 y se pone por delante 75-76. Marciulonis, a 7 minutos del final, falla su primer tiro del partido después de 10 lanzamientos.
 Yugoslavia flota a los jugadores lituanos menos importantes y, con el noveno triple de Djordjevic, comienza un nuevo parcial de 8-0 que devuelve la ventaja a su equipo 83-76.

 En este punto, el arbitro americano Tolibert, comienza a coger protagonismo pitando dos faltas rigurosas a Sabonis que le hacen irse al banquillo con 5.
 A pesar de todos sus problemas, a falta de 4 minutos, Lituania aguanta y pierde sólo de 2 puntos (83-81), pero en una acción de ataque, el arbitro pita una rigurosa falta en ataque a Stombergas. El banquillo lituano salta indignado y recibe falta técnica. La cuarta del partido.
 Danilovic tira los dos tiros libres libres correspondientes pero los jugadores lituanos no salen a la cancha. Se quedan en el banquillo e, indignados, se niegan a volver al partido.
 Los 20.000 aficionados de las gradas, en su mayoría griegos, ovacionan a los lituanos y gritan "Lietuva, Lietuva".
 Sasha Djordjevic va al banquillo lituano y habla con Marciulonis. Finalmente Lituania decide que hay que acabar de jugar el partido a pesar de todo y salta a la pista.
 Marciulonis con un triple pone a su equipo a 4 y hace soñar con el milagro, pero el partido ya está acabado ante las lagrimas de Sabonis en el banquillo.

 Yugoslavia gana el partido por 90-86 y se proclama campeón de Europa bajo los abucheos de los aficionados griegos.

 Djordjevic acaba como MVP indicutible con 41 puntos y 9 triples. Danilovic acabaría con 23 puntos, Marciulonis con 32 y Sabonis con 20.

 La ceremonia de medallas quedó enrarecida, con la afición gritando "Lituania es el campeón" y con la selección Croata, tercera, negándose a subir al podium.

 Un grandísimo partido difícilmente olvidable.



martes, 6 de septiembre de 2011

El día que se enfrentaron Petrovic y Schmidt

 Cuando dos de los mejores jugadores de la historia se enfrentan en una final, siempre es sinónimo de espectáculo, aunque ésta se dipute lejos de las canchas de la NBA.
 El 14 de marzo de 1989 el Real Madrid y el Snaidero Caserta se enfrentaron en la final de la Recopa, futura Copa Saporta, en el pabellón de "la Paz y la Amistad" de Atenas, y tanto el yugoslavo como el brasileño, nos regalaron un partido para la historia.

 El Real Madrid, entrenado por Lolo Sainz, llegaba a la final como favorito. Había eliminado en semifinal a la Zibona de Zagreb y había vencido al Snaidero en los dos partidos de la fase de grupos (109-92 en Madrid y 94-95 en Caserta). Además, tenía al ex-NBA, Fernando Martín y, sobretodo, al mejor jugador de Europa, Drazen Petrovic, el genio de Sibenik, que un año antes había conseguido la segunda mejor marca anotadora en una final de la Copa Korac con 47 puntos.

 Enfrente, el Snaidero Caserta, liderado por Oscar Schmidt Becerra, futuro máximo anotador de la historia del baloncesto y que, aunque llegaba ya con 31 años a ésta final, lideraba la Lega italiana en anotación con más de 36 puntos por partido.
 A su lado, un gran jugador como Ferdinando Gentile, y el primer jugador europeo sin formación en EE.UU. en jugar en la NBA, Giogi Glouchkov.
 El Snaidero tenía un gran quinteto que completaba con Esposito y Dell'Agnello, pero carecía completamente de banquillo. A pesar de todo, su entrenador, Marceletti había conseguido conjuntar un equipo muy competitivo.





 El Madrid empezó con 'Chechu' Biriukov, Petrovic, Johnny Rogers y los hermanos Martín, y el Snaidero con su quinteto habitual.
 El partido empezó con un ritmo anotador altísimo, sobretodo por parte del Real Madrid. Tres canastas seguidas de Rogers pusieron al Madrid 6 puntos arriba a los 3 minutos. Las canastas se continuaron en los dos equipos, con Schmidt y Gentile anotando para los italianos y Rogers, con una primera parte increible (6 de 6 en tiro) y Biriukov, con tres triples sin fallo, para el equipo blanco. El Madrid consuiguió ponerse 9 puntos arriba.

 El equipo de Caserta comenzó a imponer el ritmo lento que les gusta a los italianos, con una impecable dirección de Gentile y el liderazgo de Schmitd, y consiguieron ir acercándose en el marcador. El brasileño fue cargando de faltas a su defensor, Rogers, hasta que Lolo Sainz decidió cambiarlo por Cargoll, mejor defensor que el americano. Pero en la primera jugada tras el cambio, Cargoll tampoco pudo evitar hacer falta a Schmidt, que, con esos dos tiros libres, sumaba ya 17 puntos y ponía un punto por delante a su equipo (33-34) a falta de 10 minutos para el final de la primera parte.

 Petrovic, bien defendido por Gentile, a pesar de llevar 7 puntos, no estaba excesivamente fino en ataque, y se estaba dedicando más a dirigir y asistir. Pero tras varios ataques en los que el Madrid estuvo jugando con balones interiores a Fernando Martín, decidió que había llegado su momento.
 A falta de 5 minutos y con el marcador 39-38, el de Sibenik sacó todo su repertorio y anotó los siguientes 15 puntos de su equipo, incluyendo tres increibles triples consecutivos.
 El Snaidero durante este recital, consiguió que la diferencia no subiera de 7 puntos con un increíble triple desde 7 metros de Gentile, y Schmidt, que seguía sacando tiros libres a su par.
 En los últimos segundos de la primera parte, Oscar le sacó la tercera falta tambien a Cargoll y, tras meter los tiros libres y ponerle un tapón al propio Cargoll, el partido se fue al descanso con una diferencia de solo 3 puntos para el Real Madrid (60-57).

 El Madrid llevaba un increíble 71% en tiros de campo, conseguido sobretodo por las grandes rachas de Rogers y Biriukov (12 puntos cada uno), pero el Snaidero Caserta se mantenía en el partido gracias a la gran superioridad en el rebote (hasta 11 rebotes ofensivos al descanso) y la pareja Gentile (15 puntos) y Schmidt.

 Petrovic ya sumaba 26 puntos y Oscar Schmidt 25.




 El partido continuó igualado tras la reanudación, pero tras el 64-64, un triple y dos canastas de Petrovic, que ya llevaba 33, y un 2+1 y un triple de Biriukov, pusieron al Madrid 75-68 y obligaron al entrenador italiano a pedir tiempo muerto.
 Lolo Sainz aprovechó para sacar a la pista por primera vez a Fernando Romay por Antonio Martín, para intentar igualar el rebote. Y le salió muy bien. El madrid intensificó la defensa y, tras varios tapones del pivot y Petrovic y Biriukov, que seguían a lo suyo, la diferencia se fue hasta los 15 puntos (85-73) y con pinta ya de definitiva.
 Los problemas de faltas empezaron en el equipo italiano. Gentile y Esposito tenían ya cuatro faltas y Petrovic consigue sacar la tercera a Dell'Agnello y a Schmidt. El brasileño, tras dos intentos de triple fallados, se va a descansar al banquillo por primera vez.

 Un triple de Petrovic (42 ya) con Gentile encima, pone el 91-83.
 En ese momento Marceletti saca otra vez a Schmidt y pone una zona 1-3-1 que atascaría el ataque del Madrid. Dos tiros libres del brasileño y un triple a falta de 5 minutos pusieron el partido igualado de nuevo (91-89), aunque este fue respondido inmediatamente con otro de Petrovic que devolvía la ventaja a los 5 puntos.

 Faltaban 3 espectaculares minutos y el resultado era 96-94. Dos tiros libres de Petrovic fueron contestados inmediatamente por un triple de Schmitd saliendo de un bloqueo (98-97).
 Con una canasta de Rogers a punto de acabar la posesión y dos tiros libres de Dell'Agnello se entró en el último minuto.
 Dos tiros libres de Petrovic que ponían el 102-99 y la cuarta personal de Schmidt ponían muy de cara el partido para el equipo madrileño. Pero aun quedaba la réplica del brasileño.

 Oscar recibió en la misma posición que había marcado el último triple y Rogers tuvo que realizar la quinta falta para evitar el triple. Pero de poco valió, ya que, en la siguiente jugada, y a falta de 18 segundos, recibió exactamente en el mismo lugar, con Cargoll encima, consiguió hacerse el hueco justo para anotar el triple que empataba el partido.

 Petrovic tuvo una última opción de ganar el partido, pero perdió el balón. En el contragolpe del Snaidero, Biriukov cometió falta sobre Gentile, pero los arbitros consideraron que había sido fuera de tiempo. El partido se iba a la prorroga.

 Con ese triple, Schmidt se había ido a 42 puntos, mientras que Petrovic estaba en 51.




 Esa pérdida de balón, hacía temer por la confianza de Petrovic, pero en la primera jugada de la prorroga se encargo de demostrar lo contrario con un triple.
 Había muchos nervios. Los ataques eran trabados. Glouchkov y Jose Luis Llorente fallaban tiros libres. Y los errores se pagaban caro. Schmidt falló un triple y en la contra Petrovic consigue canasta por tapón ilegal. Petrovic falla un triple y en la contra Schmidt recibe falta al penetrar.

 Las estrellas de los dos equipos estaban exhaustas y toco dar un paso adelante a los secundarios de lujo.
 Fernado Martín, que no estaba haciendo un gran partido, metió dos canastas seguidas que pusieron el 111-105, y en un ataque rapidísimo, Gentile metió un triple desde 7 metros.
 El entrenador italiano decide no hacer falta y Petrovic se aprovecha anotando contra tabla.
 En otro ataque rápido, Gentile consigue otro triple desde más lejos todavía. 113-111.

 Pero la 5ª falta de Schmidt acaba con las esperanzas italianas. Dos últimas canastas de Drazen y otro triple lejano, esta vez fallado por Gentile, terminaron con el partido.

 El Real Madrid ganaba por 117-113 su 10º título europeo.

 Petrovic acabó con 62 puntos y Schmidt con 44. Además de Gentile con 32, Biriukov con 20 y Dell'Agnello con 20.

 Aun hoy sigue siendo uno de los mejores partidos que se puede ver.



jueves, 1 de septiembre de 2011

El día que McGrady metió 13 puntos en 35 segundos

 No fue en una final. Ni siquiera en unos playoffs o en los últimos partidos de la liga regular, pero lo que consiguió Tracy McGrady en diciembre de 2004 es difícilmente superable y digno de recordar.

 Se llevaba jugado poco más de un mes de competición y los San Antonio Spurs, que llevaban una marca de 16-5 en aquel momento, visitaban la cancha de los Houston Rockets (8-11).
 Los Spurs habían llegado al último minuto con el partido dominado, pero un mate de Yao Ming tras fallo de McGrady y otro de Padgett tras perdida de Parker, pusieron el 68-74 y obligaron a Popovic a pedir tiempo muerto. Al volver, Devin Brown mete dos tiros libres y Manu Ginobili se va al banquillo discutiendo con su entrenador. 68-76 y todo de cara para los texanos.




 A partir de aquí, esto es todo lo que puede pasar en 44.2 segundos:

 - 44.2 seg. para el final: Houston saca de fondo. McGrady sube el balón, recibe un bloqueo y mete un triple con Malik Rose encima (71-76)
 - 35 seg. para el final: San Antonio saca de fondo y recibe falta personal. Van Gundy piede un tiempo rápido y Ginobili vuelve a la pista. Brown vuelve a meter los dos tiros libres. (71-78)
 - 31.9 seg. para el final: McGrady sube el balón, recibe un bloqueo de Yao para quitarse de encima a Bowen y plantarse ante Duncan. Amaga, le hace volar y consigue meter el triple. Además le saca la falta personal que también mete. Jugada de 3+1 (75-78)
 - 24.3 seg. para el final: Tiempo muerto de San Antonio. Los Spurs intentan alargar la posesión y Duncan acaba recibiendo falta. Mete los dos. (75-80)
 - 16.2 seg. para el final: Tiempo muerto de Houston. Sacan de banda. Buena presión de San Antonio que hace que los Rockets esten a punto de cometer falta de 5 seg. McGrady recibe muy forzado. Consigue salir de la presión y meter un triple con Bruce Bowen encima. (78-80)
 - 11.2 seg. para el final: San Antonio pide tiempo muerto. Al sacar, Brown recibe pero se resbala y McGrady le roba el balón. (78-80)
 - 7.6 seg. para el final: Sube él mismo el balón y, con Parker y Barry encima consigue meter el triple definitivo a falta de 1.7 segundos (81-80)

 Tony Parker tuvo una última oportunidad a la desesperada, pero el partido finalmente se quedo en casa.
 Tracy McGrady acabó con 33 puntos, 8 rebotes y 5 robos, pero sobretodo con una actuación que ya ha pasado a la historia