Si bien los equipos 'yankis', como es de esperar, siguen ganando la mayoría de estos partidos, no es menos cierto que las diferencias entre los equipos de ambos lados del charco se han estrechado significativamente.
Desde que en su primera edición, el FC Barcelona venciese a los Philadelphia 76ers de Iverson y Webber, todos los años los equipos europeos nos proporcionan alguna que otra 'sorpresa'.
Las victorias de CSKA a los Clippers ese mismo año, el Unicaja y el Real Madrid a Grizzlies y Raptors al año siguiente o del Barça ante los Dallas Mavericks este último verano son sólo algunas muestras de esto.
Sin embargo, como bien sabemos, esto no siempre fue así. Durante casi 20 años de enfrentamientos NBA-FIBA, desde la creación del 'Open McDonald's' en 1987, a lo más que pudimos aspirar los europeos fue a poner a los americanos en apuros en unos pocos encuentros (quien no se acuerda del partido de la Jugoplastika contra los Nuggets, la prorroga de la Scavolini ante los Knicks o del arbitraje del final del partido entre el Juventut y los Lakers).
Para los analistas estadounidenses, la historia de los enfrentamientos USA-Europa, y como único antecedente al desaparecido 'Open McDonald's', comienza en 1979, con un viaje que los Washington Bullets realizaron a China para jugar dos encuentros ante la selección nacional y un equipo de la liga local. De este modo, estos analistas procuran obviar cuidadosamente los hechos ocurridos anteriormente a aquella fecha.
En realidad, el primer enfrentamiento entre equipos NBA y FIBA tuvo lugar el 8 de Septiembre de 1978 en el pabellón Yad Eliyahu (La mano de Elías) entre el Maccabi de Tel Aviv y, precisamente, los Washington Bullets, vigentes ganadores del anillo, que llegaban con sólo nueve jugadores pero con sus estrellas Wes Unseld, Elvin Hayes y Bob Dandridge.
El Maccabi, que se había quedado ese año fuera de la final de la Copa de Europa, contaba con jugadores como Aulcie Perry, Jim Boatright o Motti Aroesti. Pero la gran estrella era el llamado 'rey de Israel', Miki Berkowitz.
El pabellón registraba un lleno total para ver por primera vez a las estrellas americanas en el continente.
Los Bullets abrieron el partido con un parcial de 2-8 y dominaron el encuentro hasta mediada la primera mitad, cuando el equipo local reaccionó apoyado por un público volcado y consiguió ponerse por delante 24-22. Gracias al acierto de Berkowitz y Perry, los locales continuaron aumentando su ventaja hasta llegar al descanso con 9 puntos de ventaja (54-45).
Tras el descanso, el juego al contragolpe del Maccabi siguió aumentando la ventaja y en el minuto 29 el marcador señalaba un 74-61. Pero los americanos, heridos en su orgullo, gracias a los puntos de Grevey, que acabó con 35, y los rebotes de Hayes, fueron recortando la diferencia hasta conseguir ponerse de nuevo por delante a falta de 5 minutos (84-85).
En ese complicado momento para los locales, surgió la figura de su gran estrella Berkowitz para echarse el equipo a la espalda y poner a su equipo cinco puntos arriba (96-91) a falta de menos de un minuto.
Los Bullets consiguieron maquillar el marcador hasta el 98-97 final, pero no pudieron evitar la primera derrota de un equipo NBA ante uno FIBA.
El entrenador visitante, el legendario Dick Motta dijo tras el partido: "el Maccabi mereció ganar porque jugaron mejor que nosotros. No jugamos contra amateurs, sino contra profesionales como nosotros".
Dos años más tarde, en Septiembre de 1980, la NBA decidió volver a enviar un equipo a Europa, esta vez una selección con algunos de los mejores jugadores de la liga, entre los que destacaban Julius 'Dr. J' Erving, Moses Malone, MVP de la liga ese año o Michael Ray Richardson. Y de nuevo eligieron la ciudad de Tel Aviv como destino.
Pero esta vez el panorama pintaba peor para los macabeos, puesto que no contaban ni con Perry ni con Earl Williams, y Berkowitz estaba tocado físicamente y no podía jugar todo el partido. Ante estas condiciones y previendo la masacre, se decidió que en la primera parte, el Dr. J jugase con la camiseta del Maccabi en la primera mitad para igualar fuerzas y volviese al combinado NBA en la segunda.
El partido fue un espectáculo y, gracias a la ayuda de Erving, quien anotó 20 puntos en la primera mitad para el Maccabi, y de su pivot Lassof, los israelitas llegaron a tener hasta 8 puntos de ventaja.
En la segunda parte Erving volvió al combinado NBA, pero Berkowitz ya podía jugar para su equipo.
El partido estuvo sumamente igualado en esa segunda mitad con continuos empates (60-60, 86-86, 104-104), hasta que la estrella israelí encadenó seis puntos seguidos para poner el 112-106 y aguantar el partido hasta el 114-112 final. El Maccabi liderado por Zimmerman con 26 puntos y, sobretodo, por Berkowitz con 20, jugando únicamente medio partido, habían vuelto a vencer a un equipo NBA.
En Agosto de 1984, se planteó de nuevo un desafío, y de nuevo con la ciudad de Tel Aviv como sede, pero esta vez la NBA, herida en su orgullo, iba a preparar las cosas para que eso no volviese a pasar. Esta vez, en lugar de jugarse un solo partido, se preparó un torneo cuadrangular, con dos equipos de la ciudad local, el Maccabi y el Hapoel, los New Jersey Nets, que esa temporada habían dado la sorpresa en los playoffs al eliminar a los vigentes campeones, los 76ers, y finalmente los Phoenix Suns, que habían jugado las finales de conferencia ante Los Angeles Lakers.
Así la competición americana se cubría las espaldas. Si un equipo tenía un mal día, el otro se encargaría de arreglarlo.
El primer partido del torneo siguió el guión correcto y los Phoenix Suns se deshicieron sin problemas del Hapoel por 111-91, con siete jugadores de los Suns en dobles figuras.
El segundo encuentro de la noche era el plato fuerte, el Maccabi se enfrentaba a los Nets en un ambiente ensordecedor. Y el encuentro comenzó bien para los israelitas, donde el pivot Kevin Magee, ante la ausencia de Dawkins y Buck Williams y, por supuesto, Berkowitz, conseguían poner 11 puntos arriba a su equipo (37-26). Pero la tercera falta de Magee cambió las cosas y los Nets remontaron hasta ponerse 4 arriba al descanso (51-55).
Tras el descanso, Lee Johnson, americano del Maccabi, que en la primera parte no había estado acertado, lideró a su equipo en la segunda con 23 puntos en el segundo tiempo y 37 en total. En el minuto 30, el Maccabi se ponía por delante 77-75 y ya no cedería la ventaja hasta el final.
Tras un descafeinado partido por el tercer puesto en el que los Nets se impusieron al Hapoel por 101-82 se disputaría la final entre el Maccabi de Tel Aviv y los Phoenix Suns de Larry Nance.
Comenzó el partido y, tras una ventaja inicial de 13-19 para los Suns, los locales se hicieron totalmente con el control del partido. Un parcial de 11-0 ponía a los locales por delante. Y aunque los Suns consiguieron volver a ponerse por delante 38-39, el contraataque del Maccabi fue demasiado para los americanos y la ventaja de los locales se fue disparando hasta un 101-75 a seis minutos para el final.
Los de Phoenix en ningun momento pudieron parar a Magee que terminó con 36 puntos, Johnson con 28 y Berkowitz con 20.
El Maccabi de Tel Aviv vencía por cuarta vez a un equipo NBA en lo que ya no podía considerarse como una sorpresa.
La fiesta incluyó un concurso de mates que ganó Larry Nance, vigente campeón de la NBA.
Tras estos acontecimientos, la NBA decidió continuar estos enfrentamientos intercontinentales, pero si bien hasta ese momento se había jugado siempre con normas y arbitraje FIBA, a partir de entonces los enfrentamientos han tenido siempre normas y arbitraje NBA (con un árbitro europeo en el caso del NBA Europe Live Tour) tanto si se juega en Norteamérica como en Europa.
Desde aquella fecha los equipos NBA tan solo sufrieron una derrota más (de la URSS a los Hawks) en los siguientes 21 años, cuando, precisamente el Maccabi de Tel Aviv se convirtió en el primer equipo europeo en ganar en suelo americano frente a los Raptors en Octubre de 2005.
Berkowitz llegó a ser el segundo máximo anotador de la historia de la liga israelí con 8.465 puntos por detras de Dorom Jamchy, ademas de tener la mayor anotación en un partido de la liga con 42 puntos y la mayor anotación en un partido de su selección con 44.