A finales de los 90, el histórico Estrella Roja de Belgrado se vio inmerso en una gran crisis económica. Por ello, a comienzos de 2002, se decide cambiar completamente la gestión del club.
Personalidades del mundo político y empresarial cercanas al Partido Demócrata acceden a puestos clave del club. Ese verano comienza un proyecto llamado 'evropska Zvezda' (Estrella Roja europeo), ideado para, poco a poco, volver a llevar al club la gloria pasada.
Con este fin, se contrata al técnico esloveno Zmago Sagadin del Olimpia de Ljubljana, que se convierte en la pieza esencial en el nuevo proyecto. A pesar de que el primer año no ejerciese el puesto de entrenador (sería Aleksandar Trifunovic), sería él quien tomase todas las decisiones importantes como director deportivo.
Bajo su dirección, el club entraba en la Liga Adriática a comienzos de la temporada 2002-2003. En agosto de 2003 asumía también el puesto de entrenador.
Sagadin consiguió montar un equipo muy joven pero competitivo, con los locales Jeretin y Dozet como jugadores más veteranos con 25 y 24 años. Además se hicieron con los servicios del americano Norman Richardson y de un Igor Rakocevic que llegaba como estrella tras un mal año en los Minnesota Timberwolves.
Con todo esto, el Estrella Roja lograba clasificarse para la Copa de su país, que se disputaba en ciudad de Novi Rad y que reunía a los ocho mejores equipos de la Liga Regular.
El equipo de Belgrado llegaba como líder de la Liga Adriática pero con un discreto papel en la ULEB Cup.
El primer rival al que se enfrentarían en cuartos de final era el eterno rival, el Partizan. Un duelo de máxima rivalidad para empezar la competición.
El partido no les fue favorable en ningún momento y el Partizan conseguía mantenerse por delante durante todo el encuentro. El Estrella Roja conseguía mantenerse en partido a duras penas gracias a los puntos de Rakocevic y a irse cargando de personales.
A falta de 2:40 para el final, el Partizan ganaba por 85-78. Sin embargo, una gran remontada de la mano de 'Rako' conseguía empatar el partido y mandarlo a la prórroga.
En el tiempo extra, el Estrella Roja llegaba lanzado pero con muchos jugadores eliminados por faltas, pero los jóvenes del equipo tomaban el mando para mantener al equipo por delante.
Cuando se entraba en el último minuto, el Estrella Roja iba por delante 98-95, pero seguían perdiendo jugadores por faltas. Rakocevic, con 29 puntos y 9 asistencias, se iba al banquillo y el joven Nesovic, que apenas había jugado esa temporada, salia a pista.
Las faltas seguían cayendo hasta que ya no quedaron suplentes en el banquillo para saltar a la cancha.
Cuando Vitkovac resultó eliminado, a Sagadin sólo le quedó la opción de sacar al lesionado Jeretin.
Pero cuando parecía que no podía ir peor, un nuevo jugador, Dragojlovic, caía eliminado, por lo que tendrían que acabar el partido con cuatro jugadores, uno de ellos lesionado. Por suerte, ya no quedaba apenas tiempo y el Estrella Roja ganaba por 103-97. Al final, 105-99.
Rakocevic recordaba aquel partido: "Me salió un gran partido, era un encuentro importante y sabía que tenía que asumir la responsabilidad". Calificaba la victoria como "increíble. Era un partido muy caliente y tuvimos un poco de suerte".
En semifinales esperaba el equipo anfitrión, la Vojvodina de Gurovic.
El equipo de Belgrado era teóricamente superior, pero no realizó un buen partido, por lo que tuvo que apelar de nuevo a la épica.
Jeretin, aun lesionado, no pudo jugar el partido y, comenzando el último cuarto, Dozet y Rakocevic cayeron lesionados. El primero abandonó el partido, pero la gran estrella decidió continuar a pesar de la lesión. "Me torcí el tobillo a poco del final. No dolía demasiado, por lo que seguí jugando y anoté dos triples".
El equipo local ganaba a falta de pocos segundos, cuando apareció la figura de Rakocevic para anotar uno de esos triples. "Perdíamos por dos puntos a falta de 16 segundos, cogí el balón, hice un dribling y tiré desde siete metros; me hicieron falta pero no lo pitaron y pensé que el balón no entraría, pero sí lo hizo”.
A falta de pocos segundos, el Estrella Roja había conseguido ponerse por delante, pero aun no se había acabado la épica, ya que se complicaban la vida con una falta sobre Gurovic que daba a los locales dos tiros libres para llevarse el partido. Pero la presión pudo con el jugador que falló uno de los lanzamientos y el partido se fue a la prórroga en la que cuatro jóvenes acompañando al americano Richardson se llevaron el partido sin grandes apuros.
El Estrella Roja estaba en la final, pero había perdido a su estrella. "Me di cuenta de que lo del tobillo era serio, cada vez dolía más y apenas podía andar por lo que tuve que irme al hospital”.
En la final esperaba el Reflex, ex Zeleznik, que llegaba como favorito, especialmente tras las bajas de Dozet y Rakocevic, aunque, al menos, el Estrella Roja recuperaba a Jeretin.
El Reflex dominó durante todo el encuentro, con rentas cercanas a los 20 puntos. A falta de 1:45 para el final del partido la diferencia era de 11 puntos (75-64), y hasta entrar en el último minuto tan solo una canasta de Radivojevic cambió el marcador (75-66).
Un minuto para el final y el Estrella Roja nueve puntos abajo. Tocaba volver a tirar de la épica.
Los jugadores del Reflex estaban más preocupados de dejar pasar el tiempo que de intentar anotar. Así, acabando su posesión, Popovic pierde el balón y los de Belgrado salen rápidamente a la contra que acaba con un triple de Radivojevic (75-69).
En el saque de fondo el Reflex pierde el balón y Bogdanovic lanza un triple rápido. Falla y el balón sale, pero el Etrella Roja mantiene la posesión. En el saque de fondo Jeretin vuelve a anotar de tres (75-72).
Con el parcial de 8-0 el marcador se aprieta y la presión se nota. El siguiente ataque del Reflex es rápido y alocado. Fallan pero consiguen mantener la posesión en saque de banda. Tras un tiempo muerto, salen con la intención de agotar la posesión que acaban con un arriesgado triple que fallan.
Richardson se lleva el rebote y los de Sagadin salen rápidamente. El balón llega a Radivojevic que lanza un triple que falla, pero el rebote le vuelve a llegar y, en carrera, lanza de nuevo un triple que, esta vez si, empata el partido a 75 a falta de cuatro segundos.
El Reflex tiene tiempo para un triple forzado de Askrabic, pero no puede evitar que el partido se vaya a la prórroga.
El Estrella Roja volvía a conseguir, por tercer partido consecutivo, remontar hasta forzar el tiempo extra. Era algo increíble.
En la prórroga, con la moral por las nubes y con una dirección perfecta de Jeretin, el Estrella Roja consigue hacer una pequeña brecha de 4-5 puntos. El Reflex parece que sólo es capaz de anotar a base de tiros libres, pero les vale para mantenerse en partido.
A falta de un par de minutos, el partido se convierte en una sucesión de tiros libres por parte de ambos equipos. Pero, al igual que siempre que fueron por detrás en el marcador durante el torneo, nunca se rindieron, cada vez que pudieron matar el partido, tampoco lo hicieron y, a falta de 10 segundos y con dos puntos arriba en el marcador, Jeretin comete falta en ataque al intentar librarse de un defensor.
Era la quinta falta del jugador que se resistía a abandonar el campo, llevándose las manos a la cabeza, sabiendo que, al igual que en semifinales, habían dado vida a un rival que estaba muerto.
Pero, igual que en semifinales y en cuartos de final, la suerte estaba de su lado, y un mal ataque final del conjunto del Reflex acabó con un triple forzado desde la esquina de Stefanovic que fallaba, dando así el título en bandeja al Estrella Roja por 89-91.
Había sido el guión más complicado posible para conseguir el título, pero lo habían conseguido. “Teníamos varias bajas y perdíamos claramente, pero nunca dejamos de luchar y conseguir remontar, forzar la prórroga y ganar… fue increíble” recordaba Rakocevic.
Jeretin, con 27 puntos, 7 de ellos en la prórroga, se llevó el MVP del torneo, a pesar de haber jugado únicamente la final, trofeo que ofreció a su compañero Rakocevic. “’Es tuyo, eres el héroe, tómalo’, me decía, tiene un enorme corazón, pero el héroe fue él y el trofeo suyo”.
Así, tras tres partidos inolvidables, el Estrella Roja de Belgrado se hacía con la Copa Radivoj Korac tras 28 años de sequía, y lo hacía de la forma más épica posible.
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