martes, 30 de octubre de 2012

El día que Gallis quiso destronar a Meneghin

 Hablar de baloncesto en Europa en la década de los 70 era hacerlo de una ciudad de 96.000 habitantes llamada Varese. Durante esos años, su equipo, el Pallacanestro llegó a disputar diez finales consecutivas de la Copa de Europa ganando cinco de ellas.

 El equipo italiano contaba con hombres como Edoardo Rusconi, Bob Morse, Marino Zanatta o Aldo Ossola, pero por encima de todos ellos, contaba con el gran pivot del momento, Dino Meneghin, quien había sido el primer jugador de una liga europea en ser elegido en un Draft de la NBA (1970, Atlanta Hawks).

 En 1980, Meneghin contaba con 30 años. Había perdido las tres últimas finales de Copa de Europa disputadas (77, 78 y 79) y el último año ni tan siquiera se habían clasificado para disputarla.
 Ese verano, tras formar parte del combinado italiano que ganaba la plata en Seúl, decidía cambiar de aires fichando por el Olimpia de Milán, equipo donde jugaba hacía tres temporadas Mike D'antoni, llegado directamente de la NBA, pero que sin embargo no había logrado ningún título en ese periodo.

 En 1986, el Olimpia había ganado tres ligas y había llegado a una final de la Copa de Europa que había perdido ante el Pallacanestro Cantú (no confundir con el Pallacanestro Varese), ademas de una Copa Korac desde la llegada de Meneghin.

 El pivot contaba ya con 36 años y D'antoni con 35. A pesar de la todavía innegable calidad de los dos jugadores, todo hacía indicar que sus carreras tocaban a su fin y que la temporada, al menos en Europa, del Olimpia iba a ser dura.

 Para intentar evitar esto, la directiva contrató a uno de los grandes nombres de la NBA, Bob McAdoo, gran anotador en los 70 y una de las piezas del 'showtime' de los Lakers en los 80. Pero McAdoo llegaba con 35 años, lo que no hacía si no generar más dudas.

 El Olimpia de Milán había conseguido juntar un 'big three' genial, pero que entre los tres sumaban más de 100 años. Además, otros jugadores del equipo como Premier, Bargna o Gallinari eran fijos en la selección italiana.

 Dio comienzo la máxima competición europea y los primeros pasos del Olimpia solo incrementaron las dudas sobre el equipo ya que el primer partido disputado ante el débil Murray BC en Edimburgo, el equipo italiano no pudo pasar del empate a 83. En el partido de vuelta en Italia los de Milán vencieron cómodamente por 101-83 y pasaban a la segunda ronda.

 La segunda ronda era también a ida y vuelta y los seis equipos ganadores jugarían una liguilla de la que los dos primeros clasificados jugarían directamente la final.

 El rival en esta segunda fase iba a ser el Aris de Salónica. Un equipo en claro ascenso que había ganado la liga griega los dos últimos años pero que en Europa no acababa de despegar, sobretodo fuera de casa, donde bajaba mucho su nivel. Su mayor logro hasta ahora en Europa era llegar a semifinales de la Copa Korac en 1985.

 Sin embargo contaban con un muy buen equipo, que sería la base de la Grecia campeona de Europa el siguiente verano, con dos grandes estrellas como Panagiotis Giannakis y, sobretodo, Nikos Gallis, máximo anotador del mundial de España disputado ese verano con más de 33 puntos por partido.

 Por plantilla, historia y presupuesto, el gran favorito era el Olimpia de Milán, pero la inercia de ambos equipos parecía indicar lo contrario.

 El partido de ida había de disputarse en Grecia, en una de las pistas más difíciles de Europa debido a su ambiente infernal.

 El comienzo del partido fue una clara muestra de como iba a ser el resto del encuentro. Una falta en ataque de McAdoo era contestada con dos triples de Giannakis y Gallis.
 En un momento, el Aris se ponía con un 19-9 en el marcador, con 13 de los 19 puntos anotados por su pareja ganadora. Un triple y dos de las habituales penetraciones apoyándose en tablero de Gallis aumentaban la ventaja hasta 28-11.

 El Olimpia se veía desbordado mientras Gallis se hacía dueño y señor del partido. Con tres asistencias de la estrella griega al contraataque se llegaba al descanso con un rotundo 60-34 en el marcador. Gallis ya llevaba 22 puntos.

 La segunda parte no comenzó mejor para los italianos. Una asistencia y una canasta de Gallis ponían el 64-34 para empezar el periodo, y la diferencia siguió subiendo hasta llegar a una renta máxima de 36 puntos (81-45) tras un 2+1 sacado por Gallis a McAdoo y otros dos tiros libres posteriores .

 A partir de aquí, el equipo griego, contento con la diferencia, durmió el partido dejando pasar el tiempo con pases entre sus jugadores exteriores (Gallis-Doxakis primero y Gallis-Giannakis despues) sin apenas intención de lanzar hasta los últimos segundos de cada posesión. Esto unido a un McAdoo que asumió el ataque de su equipo en los últimos minutos, hizo que la diferencia se rebajase ligeramente hasta los 31 puntos finales (98-67).

  Nikos Gallis terminaba con 44 puntos y un partido casi perfecto tanto en ataque como en la dirección de su equipo.

 Las reacciones al partido no se hicieron esperar y todo el mundo empezaba a vislumbrar un claro cambio de ciclo en Europa. El ocaso de Meneghin, la decadencia de McAdoo y D'antoni o la ascensión de Gallis eran comentarios habituales. Parecía que era el momento claro para que el antiguo rey Meneghin dejase paso al nuevo, Gallis.

 Con este ambiente y tan solo una semana después, la serie viajaba a Milán. Dan Peterson, entrenador del Olimpia, habló con sus jugadores antes de comenzar el partido y les dijo: "Me gustaría ganar este partido aunque sea solo por un punto, y quiero simplemente salir y jugar 40 minutos, sin pensar en la diferencia de puntos". Y luego añadió: "Pero si vosotros vais a tratar de recuperar los 31 puntos, no tengáis prisa. Tened calma. Sólo tratad de recuperar un punto por minuto, así que no tratéis de hacerlo todo de una vez".

 Peterson sabía que tenía que parar a la pareja exterior del Aris, así que puso a Premier y D'antoni a defender a Gallis y Giannakis. Y dió resultado. El Olimpia, sin jugar un gran partido en ataque pero defendiendo bien, llegaba al descanso 14 arriba (44-30) y dejando a la estrella griega en malos porcentajes de tiro, acabando con un poco habitual 0 de 4 en triples.

 Se había recuperado mucha ventaja, pero aun se estaba lejos del milagro.
 En el segundo tiempo, con una defensa 1-3-1 asfixiante, rayando lo ilegal (el conocido karate-press italiano), el ataque griego se vio ahogado y la diferencia comenzó a hacerse cada vez mayor.

 A falta de cinco minutos, una canasta de Meneghin obraba el milagro y ponía al equipo de Milán con una ventaja de 32 puntos, o lo que es lo mismo, por delante en la eliminatoria.

 Empezaba un nuevo partido de cinco minutos donde se decidiría toda la eliminatoria. Un triple de Premier era contestado por otro de Giannakis y, a partir de aquí, la presión era tan grande en el pabellón, que ninguno de los dos equipos fue capaz de anotar ninguna canasta más hasta que, a falta de menos de un minuto, una muy discutible falta sobre Premier, le permitía anotar dos tiros libres que decidían la eliminatoria.

 El Aris tuvo un ultimo intento de igualar la eliminatoria pero falló el triple. El partido acababa con un D'antoni corriendo por la pista para consumir el tiempo, emulando la histórica imagen de Cousy con los Celtics. El milagro se había obrado. 83-49 y el Olimpia se clasificaba para la liguilla de semifinales.

 Bob McAdoo admitió: "Ese fue el único partido en mi carrera que no pensaba en anotar puntos. Solo pensaba en defender, taponar y coger rebotes. Ese partido fue, de largo, el más intenso de mi carrera". El propio Peterson declaró estar tan en shock que apenas pudo levantarse del banquillo al finalizar el encuentro. "Fue, sin duda, el partido más emocional que he dirigido".

 Finalmente, la corona no solo no cambió todavía de manos, si no que la eliminatoria dio alas al equipo italiano hasta el punto de acabar alzándose con el trofeo venciendo en la final al Maccabi de Tel Aviv  71-69. Al año siguiente, primero con formato de 'Final Four' también se proclamarían campeones, venciendo de nuevo al Maccabi en la final.

 Meneghin seguiría jugando hasta los 45 años, llegando incluso a enfrentarse a su propio hijo.
 12 ligas, 6 copas, 1 Copa Korac, 2 Recopas y 7 Copas de Europa. Plata en los JJ.OO. de Moscú y oro en el Eurobasket del 83. En 1991 fue elegido mejor jugador europeo de la historia. En 2003 se convirtió en el segundo italiano en ingresar en el 'Basketball Hall of fame' y en 2010 se anunció su entrada en el 'FIBA Hall of fame'.

 Nikos Gallis por su parte, llegaría a tres Final Four de la Copa de Europa consecutivas y se retiraría con 8 ligas griegas y como máximo anotador de la liga griega en 11 ocasiones, del Eurobasket en 4 y del mundial en 1986.


1 comentario:

  1. Expectacular... sin comentarios... soberbio... un gran blog y unos aportes magnificos gracias... <3

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